Al entrar al último día de la vida de Moshé, este reúne a todo el pueblo de Israel y pacta con ellos el cumplimiento de la Torá, y el alejarse de la idolatría, recordándoles que al seguir a otros dioses (fuerzas) despertarían la furia de Hashem desterrándolos de su tierra.

Moshé exhorta al pueblo de Israel el retornar constantemente hacia Hashem aumentando el amor hacia Él con todo el corazón y toda el alma, como también les recuerda que el cumplimiento de la Torá no es algo lejano, no siendo que se encontrase ni en el cielo ni en las lejanías del mar, sino se encuentra muy cerca de cada uno, simplemente en la boca y el corazón de cada Yehudí.

Termina la Perashá recordándole al pueblo que Hashem nos dio dos caminos en esta vida, el camino bueno que es el de la vida y el camino del mal, son exhortados todos los integrantes del pueblo a seguir el camino del bien el cual es el cumplimiento de la Torá con sus Mitsvot como el amor a Hashem, dando este camino Berajá (Bendiciones), como otorgando vida al apegarse al Creador.